viernes, 28 de junio de 2013

Cárcel al fin

Hemos tenido que esperar cuatro años para que Luis Bárcenas ingrese finalmente en la cárcel. Hace esos años fue imputado el ex tesorero del PP en el caso Gurtel. Desde entonces un sistema judicial garantista ha permitido al acusado maniobrar para intentar desviar sus fondos a nuevos paraísos fiscales y ocultar sus tejemanejes en un intento, vano al parecer, de obstrucción de la Justicia. Nada se puede objetar a que nuestro Estado disponga de un sistema judicial de los más garantistas del mundo. Pero si cabe una reflexión. Aquella que incide en que cuanto más dinero tienes, lo hayas atesorado legal o ilegalmente, más ventajas disfrutas gracias precisamente a esas garantías. Es el momento de reclamar la igualdad de oportunidades ante la Justicia, evitando que los que disponen de más recursos puedan alargar los procesos y vaciar en definitiva a la Justicia de su esencia. El caso Barcenas es un nuevo ejemplo de ello. Un señor, por cierto, que ayer se atrevió a amenazar a una de las partes judiciales. No solo tiene dinero para aspirar a una Justicia a la carta, sino que le sobra poder para intentar amedrentar a otros ciudadanos. Ambas cosas son lo que no podemos permitir que ocurra en nuestra sociedad.

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