lunes, 17 de junio de 2013

Paradojas

Las revelaciones de Edward Snowden están poniendo contra las cuerdas a los gobiernos de Estados Unidos y del Reino Unido. El programa Prisma elaborado por la CIA para espiar en el extranjero ha puesto en un brete a Barack Obama, por mucho que su administración insista en recordar que no se investigaba en los contenidos de las conversaciones. Entre los países espiados por Estados Unidos están los que forman la Unión Europea. Y ahora, Snowden ha contado que los servicios de inteligencia británicos, con la autorización expresa de su gobierno, interceptaron llamadas y correos electrónicos de las delegaciones presentes en las cumbres del G-20 celebradas en Reino Unido en 2009. La distopía de un mundo controlado y vigilado está cada día más cerca, propiciado por aquellos países que hicieron de la libertad la piedra angular de su ideario político.

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