martes, 25 de junio de 2013

Sin igualdad de oportunidades

El delincuente Silvio Berlusconi ha sido condenado a siete años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargo público. Pero eso, en la sociedad que hemos construido, no significa que el magnate esté ya en prisión y haya perdido su condición de parlamentario. No. Hasta que la sentencia no sea firme, es decir, que no pueda ser recurrible  ante una instancia superior, el fallo es provisional y el líder del centro-derecha italiano podrá seguir maniobrando para intentar evitar la ejecución de la sentencia. Al ser multimillonario podrá recurrir incansablemente, gracias a una legión de abogados que podrá pagar, mientras intentará en la sombra buscar, gracias a su poder, una solución política que finalmente le exonere. Esa es la sociedad que hemos construido en Occidente, donde no existe igualdad de oportunidades.

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