martes, 11 de junio de 2013

Vidas no paralelas

Artur Mas se esfuerza por llevar a las bases de su partido a un callejón sin salida. Si frena el proceso soberanista será fagocitado por Esquerra Republicana de Catalunya, mientras que si lo acelera será igualmente abducido por la formación independentista. Mientras, despeña a Cataluña por el camino de la división. Sus socios de Unió Democràtica de Catalunya desconfían de él, mientras que los votantes tradicionales de Convergència Democràtica de Catalunya se instalan en una desorientada abstención. El Partit dels Socialistes de Catalunya se desangra entre sus dos almas, mientras Iniciativa per Catalunya Verds le come terreno. Y el Partido Popular y Ciutadans apuestan por el camino contrario al marcado por Mas. Resultado: una Cataluña sin rumbo y marcadamente dividida. Iñigo Urkullu intenta llegar a acuerdos con el Partido Socialista de Euskadi y con el Partido Popular, que legitimen su escasa mayoría. Pese a ese planteamiento, el Partido Nacionalista Vasco no renuncia a sus anhelos soberanistas e intenta dar juego a Euskal Herritarrok Bildu, facilitando de paso su evolución en la aceptación de las instituciones democráticas. Resultado: una Euskadi que intenta superar sus divisiones y avanzar en un proyecto realista, sin sueños ni quimeras.

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