viernes, 3 de julio de 2015

Reencuentro con la racionalidad

Los socialistas catalanes pueden haber puesto fin a su hundimiento en los abismos tras olvidar el pretendido derecho a decidir. La llegada de Miquel Iceta a la dirección del PSC supuso un reencuentro de la formación política con la racionalidad, que ahora se traduce en la primera medida concreta: la renuncia a la consulta soberanista. O lo que es lo mismo, dejar de ser meros acompañantes en el viaje sin sentido emprendido por una elite que ha echado un órdago para reducir aun más el poder del Estado en Cataluña.

Desde el momento en que el PSC, libre de complejos, modere sus ensoñaciones nacionalistas y se vuelque en lo social, estará en condiciones de recuperar mucho del espacio perdido en la deriva de los últimos años. Incluso, el hecho de dejar de ser la comparsa de la oligarquía, le puede permitir cimentar primero a su viejo electorado y pretender volver a aspirar a ser la primera fuerza en Cataluña, algo no tan lejano en el tiempo, pero sí en la ideología. Claro que entonces era un partido de izquierdas.

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