viernes, 30 de septiembre de 2016

Novedades económicas

El precio del petróleo ha iniciado su remontada, alentada por el acuerdo de reducir la producción al que han llegado los países de la OPEP, pese al secular enfrentamiento entre Arabia Saudí e Irán.

A su vez, el IPC ha subido por primera vez en 14 meses, lo que ha permitido que entrara en terreno positivo la tasa de inflación. 

¿Estará por fin cambiando el ciclo económico?

jueves, 29 de septiembre de 2016

Unos demócratas, sin duda

El conflicto que vive el PSOE es de tal calibre que no atendemos otras cuestiones igualmente relevantes de la actualidad nacional. Me refiero al nuevo pulso que Carles Puigdemont ha planteado al Estado español.  Nuevo y reiterativo, en la medida en que los líderes secesionistas catalanes vuelven a proponer un referéndum que ya celebraron el 9 de noviembre de 2014 y al que acudieron un poco más de dos millones de ciudadanos de un universo potencial cercano a los seis millones.

Un observador demócrata habría entendido que aquel referéndum supuso un fracaso para los independentistas y entendería que no cabría repetirlo, al menos durante el espacio vital de una generación, es decir, durante más de tres décadas.

Pero no, para la elite secesionista catalana. Fíjense hasta que punto es así, que en su discurso de ayer, el presidente de la Generalitat no solo exigió un nuevo referéndum, sino que pidió al gobierno negociar la regulación de cuando se podría repetir, pero solo en el caso de resultar derrotada la secesión.

Unos demócratas. Sin duda.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Lamentable

La situación a la que ha llevado Pedro Sánchez a un partido con 137 años de antigüedad, que fue el referente ideológico de la izquierda durante todo el siglo XX, gobernando a España durante cinco años en la Segunda República y dos décadas tras la restauración democrática de 1977, es más que lamentable.

Hoy en día, el PSOE es un partido fracturado que está a punto de abdicar de ser la alternativa de izquierdas, en beneficio de una formación que no existía ni hace tres años. Incluso, el partido socialista ha perdido su tradicional fortaleza en las nacionalidades de Cataluña, País Vasco y Galicia, dejando en consecuencia de vertebrar España.

No todo ello es imputable a Pedro Sánchez, pero sin duda que el actual secretario general socialista tiene una parte relevante de responsabilidad. Su estrategia alicorta consistente en contentar a la militancia, asegurando así el cargo gracias a la fidelidad de esta, ha llevado al partido centenario al borde del abismo. Despeñarse será no solo una mala noticia para el PSOE, sino para España.

martes, 27 de septiembre de 2016

Retroceso demagógico

La profusión de instrumentos electivos a los que asistimos en los últimos años como las elecciones primarias o la plasmación del denominado derecho a decidir no implican necesariamente un avance democrático. Es más, en la mayoría de las ocasiones su implementación supone un retroceso demagógico.

El último ejemplo de ello ha sido la invocación de Pedro Sánchez a convocar unas primarias con las que eludir sus responsabilidades en los últimos cuatro comicios celebrados, donde el PSOE que él dirige ha encadenado fracaso tras fracaso. El secretario general socialista pretende así obviar esas derrotas, apelando a los militantes a una consulta sobre su persona.

La utilización de los referendos, sean del tipo que sean, ha sido históricamente una constante, aunque probablemente el culto a la personalidad, capaz de eludir objetivos fallos, nunca fue tan exacerbado como en la época de entreguerras del siglo pasado, con las consecuencias tan negativas que ocasionó.

El PSOE cometió un error en 1998 cuando incorporó a su acervo electoral las primarias, tal vez por influencia de los sistema electorales anglosajones. En los años siguientes fue otorgando a tal instrumento la consideración de definitivo, debilitando la capacidad decisioria de sus congresos. De tal manera que actualmente, el proceso electoral interno socialista aduce de excesivo protagonismo personal en detrimento de las discusiones ideológicas y estratégicas. Lo segundo lo propiciaban unos congresos verdaderamente decisorios, no como los que hay hoy en día. Además, tenían la virtud de incentivar el consenso, a la par que debatían las diferentes federaciones territoriales.

Todo eso ha sido sustituido por apelaciones a la adhesión personal y maniqueos planteamientos, básicos, como el de a favor de Rajoy o en contra. Toda una demagogia que pilla a un partido centenario, no sólo en horas bajas, sino desprovisto de unos sabios instrumentos electorales internos que durante muchas décadas fueron los propios y propiciaron su engrandecimiento, lo que le permitió alcanzar democráticamente el poder.

lunes, 26 de septiembre de 2016

Dispar incidencia

as elecciones en el País Vasco y Galicia tienen una lectura nacional, que pasa por la dispar incidencia de las formaciones emergentes en los partidos tradicionales situados tanto a la derecha como a la izquierda. Unos comicios relevantes, no solo por tratarse de dos regiones muy diferentes, sino sobre todo por ser las primeras elecciones celebradas tras el fracaso de las investiduras en las dos últimas legislaturas.

Los resultados gallegos y vascos refuerzan a Mariano Rajoy en su intento de formar gobierno. La mayoría absoluta en Galicia para el PP, además de un éxito personal de Alberto Núñez Feijóo, confirma que la estrategia del partido conservador desde el 20 de diciembre pasado ha sido mucho más acertada que la de su principal rival, el PSOE. Éste último incluso ha dejado de ser la segunda fuerza en aquella región, evidenciando que la aparición de las formaciones emergentes ha variado la izquierda en España. Podemos le gana terreno a los socialistas. El anunciado sorpasso, que resultó fallido el 26 de junio, ha terminado ahora por hacerse realidad en la comunidad gallega con la candidatura de En Marea.

La debacle socialista es aún más significativa en Euskadi, donde el PSOE había sido históricamente relevante. Incluso, el gran triunfador de las elecciones vascas, Iñigo Urkullu, no necesita ahora de los socialistas para proseguir con su gobernanza templada. Ahora, dispone de otra posible pareja de baile: el PP, que ha empatado en escaños con el PSE-PSOE. Los socialistas son aquí también superados por Podemos.

Todo ello confluye en una única dirección: la insostenible posición de Pedro Sánchez, quien pese a todo se mantiene enrocado, impasible a lo que sucede. Los resultados en Galicia y el País Vasco confirman la errónea estrategia mantenida por el secretario general del PSOE. El 20 de diciembre eligió la opción equivocada. Por ello perdió cinco escaños y cien mil votos en las elecciones del 26 de junio. Siguió escogiendo mal, aduciendo que los militantes socialistas así lo querían. Ahora, ha quedado claro que no es así entre los electores que tradicionalmente votaban socialista en Galicia y Euskadi.

Sánchez lleva camino de convertir al PSOE en un partido más de la izquierda, perdiendo las opciones de convertirse en alternativa de gobierno, en beneficio precisamente de Podemos. En cambio, en la derecha, el PP ha sabido resistir mejor la irrupción de las formaciones emergentes. Ciudadanos, que no ha logrado entrar ni en el Parlamento vasco ni en el gallego, resta votos al PP a nivel nacional, pero no amenaza su hegemonía. Ese es el resumen de la nueva política surgida tras el 15-J. 

viernes, 23 de septiembre de 2016

Máscaras fuera

La última maniobra de Pedro Sánchez ha tenido una virtualidad: por fin se empieza a hablar sin ambages, en tertulias y artículos periodístico del móvil del dirigente socialista: conservar el cargo de secretario general del PSOE. Se ha necesitado que transcurran nueves meses para que se empiece a hablar claro, lo cual no dice mucho de nuestros analistas políticos.

Tal asunción, aunque tardía, permitirá unas aproximaciones más certeras a lo que viene ocurriendo desde el 20 de diciembre pasado. Pero no evita que el problema siga presente: Sánchez se ha hecho fuerte en la dirección socialista y ningún argumento le va a convencer para dejarla de buen grado. Es más, la amenaza de convocar el congreso socialista busca ser legitimado por los militantes socialistas en las primarias preceptivas y doblar definitivamente el pulso a los barones de su partido.

Más de un antiguo militante socialista estará ahora lamentando haberse dejado llevar por demagógicas modas, reduciendo la capacidad de los congresos mediante la introducción de las primarias. Porque no siempre la democracia garantiza que asciendan al poder personas que se preocupan por el bien general.

jueves, 22 de septiembre de 2016

La estrategia de Sánchez

Pedro Sánchez pretende no ceder. Mantendrá su negativa a facilitar que el partido más votado forme gobierno, dilapidando las posibilidades y ventajas que se le abrieron por primera vez el 20 de diciembre e incluso en una segunda oportunidad el 26 de junio. Para ello, está dispuesto a unas terceras elecciones.

Su estrategia para permanecer al frente de la Secretaría general del PSOE pasa por minimizar los malos resultados que obtendrá en Galicia y País Vasco el próximo domingo, y convocar el congreso socialista, buscando que la militancia premie su frontal oposición a permitir que la derecha mantenga el poder. Y así salvar su silla.

Sin duda que estamos ante todo un estadista, capaz de relativizar el partidismo y alejado de anteponer los intereses personales.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Las fracturas de Podemos

La enésima desavenencia entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón muestra una vez más las diferencias conceptuales y de aplicación política que existe en la cúpula de Podemos. Es cierto, tal como ellos mismos sostienen, que no hay por qué ocultar las diferencias, alardeando de no tener problemas para discutirlas en público y presentándolo como una característica de la nueva política que viene a cambiar España. Les honra, incluso.

Pero evidentemente supone una merma a la hora de cohesionar a sus bases, lo que se puede traducir en no cauterizar la sangría de votos que padecen. No en balde, uno de los análisis que se hicieron tras perder un milllón de votos en las últimas elecciones hacía referencia precisamente al carácter de amalgama o batiburrillo adquirido con la inclusión de Izquierda Unida. En definitiva, evidencian una dirección no cohesionada.

Además, reproduce las seculares peleas internas del partido al que pretenden sustituir como hegemónico en la izquierda. Por tanto dan la imagen de que la renovación de las nuevas formaciones no ha servido para nada. Nada más llegar a pisar moqueta ya andan enzarzados entre ellos, como muchos de los partidos tradicionales.

Y no es una cuestión reducible a Iglesias y Errejón, aunque sea la más llamativa. Sus fracturas se extienden por Madrid, Euskadi, Galicia y Cataluña. En éstas últimas acrecentadas por su confluencia en candidaturas magma donde cada parte está convencida de ostentar la verdad absoluta. Como los neófitos del adanismo que aún creen ser.

martes, 20 de septiembre de 2016

Sentencia de futuro

La decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea es una buena noticia por diversos motivos. El más obvio porque supone igualar las indemnizaciones de los trabajadores temporales a los fijos, limando las diferencias agrandadas por la crisis económica vivida y tendiendo a impedir que se consolide un subproletariado en el mercado laboral.

También lo es por la tendencia que marca a favor de la existencia de un único tipo de contratación, avanzando en la igualdad jurídica, principio básico de todo aquel que se considere partidario del Estado de Derecho. 

Asimismo lo es por el hecho de que sea la jurisprudencia europea la que se imponga en España y en el resto de países que compartimos la construcción europea, avanzando en la superación de los ahogos de los estados naciones.

Pero sobre todo lo es por lo que predispone para el futuro: un Estado de Derecho en el que las decisiones técnico-juridícas se impongan sobre las políticas. Eso debería ser el futuro.

lunes, 19 de septiembre de 2016

Los triunfadores de Berlín

Los resultados electorales de la ciudad Estado de Berlín muestran una constante repetida en muchas partes de Europa: la erosión de los partidos tradicionales y el ascenso de nuevas formaciones. Tal circunstancia no tendría mayores consecuencias, más allá de en la política interna de aquella región, salvo por un hecho destacable: son las formaciones anti-globalización las que ven incrementadas sus votos.

Detalle relevante, máxime en un momento en el que las tendencias centrífugas progresan en Europa y en el que la Unión Europea, la mayor construcción política del continente en toda su historia, se replantea sus objetivos y alcances. Sin duda, que el éxito de estas formaciones supone un duro revés para el sueño europeo, nacido como reacción a la Segunda Guerra Mundial, la mayor devastación sufrida en estas tierras. 

Tanto el partido socialdemócrata alemán, pese a mantener la alcaldía de Berlín, como la democratacristiana CDU, el partido de la canciller Merkel, ven reducidos sus votos, quedando sus porcentajes en unos magros 21 y 17%, respectivamente. Tal tendencia, general en otros muchos países, incluido el nuestro, se ve acompañada por el ascenso de la extrema izquierda y de la extrema derecha.

En el caso alemán, están representados por Die Linke y AFD. El primero, cuya traducción sería la de La Izquierda, es la formación heredera de los antiguos comunistas que gobernaron la República Democrática de Alemania y que parecía que el curso de la historia había relegado a un piadoso olvido cuando cayó el Muro de Berlín. Sus planteamientos políticos se centran en una radical oposición a la globalización mundial y en la defensa de los derechos de los trabajadores alemanes, sin que sus anteojeras les permitan ver al subproletariado existente. 

El segundo, cuya traducción sería Alternativa para Alemania, es un partido claramente xenófobo que ha encabezado la oposición a Merkel en su política sobre los refugiados. Su ideario se completa con la pretendida salida de la eurozona y el retorno a unos prístinos Estados-nación, como existían precisamente antes de la Segunda Guerra Mundial.

Esas son las dos formaciones emergentes que han ganado en las elecciones regionales de Berlín.

viernes, 16 de septiembre de 2016

Colesterol

Un estudio científico nos ha vuelto a demostrar que nada es absoluto. Según ha puesto de relieve un estudio del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de Madrid, el denostado colesterol también tiene alguna función positiva: Protege la memoria. Dicho estudio puede ser muy relevante en la lucha contra el alzhéimer y otras demencias degenerativas. 

jueves, 15 de septiembre de 2016

¡Vaya panorama!

El principal partido del país, el PP, inmerso en su enésima crisis debida a la corrupción. Con una Rita Barberá que se niega a dimitir como senadora, pocos días después de que se reabriera el caso Soria y Mariano Rajoy quemara a su ministro Luis de Guindos para ayer recuperarlo.

El segundo partido, el PSOE, envuelto en una crisis sin precedentes sobre la libertad de expresión interna y con el caso de los ERE de nuevo de actualidad. Y el tercero, Podemos, aquel que había aparecido para regenerar la política, solo se ocupa de sus propias luchas intestinas.

¡Vaya panorama!

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Labor pedagógica

En los últimos días en Barcelona hemos visto quemar banderas francesas y europeas. Anoche vimos un abucheo espectacular al himno de la UEFA en el Camp Nou.

No me cabe duda que es innexcusable e innaplazable una labor pedagógica, antes de que tanto despropósito arruine a Cataluña.

martes, 13 de septiembre de 2016

Encuestas

Las encuestas que han aparecido a tres meses de las previsibles nuevas elecciones apuntan inexorablemente a un aumento de la abstención, debida al cansancio de los votantes en unos políticos incapaces de consensuar lo que los electores han expresado por dos veces.

En ese escenario es lógico que el voto moderado decaiga y se afiance el de los situados en los extremos del arco político: PP y Podemos. En el primer caso, incluso, la formación conservadora continúa con su tímida mejora, rebañando escaños en cada cita electoral, confirmando los réditos de una estrategia que solo tiene en cuenta al propio partido.

En el segundo, Pablo Iglesias ha optado por un perfil bajo, desatendiéndose de la gobernabilidad de España y centrándose en las disputas internas de la formación, impidiendo con éxito, al menos de momento, que las expectativas de voto decaigan ante la evidencia de la nula cohesión que supone el proyecto que lidera.

En cambio, los partidos situados en el centro político continúan sufriendo la erosión. Ciudadanos asiste perplejo a la constatación de que los electores no agradecen su esfuerzos por facilitar la gobernabilidad, continuando una sostenida pérdida de votos hacia su flanco derecho y en beneficio del PP. Y el PSOE aún no ha conseguido restañar la terrible herida que le desangra desde Zapatero, evidenciando que su actual líder, Pedro Sánchez, sigue siendo visto como el principal obstáculo para la gobernabilidad del país. Eso sí, la numantina, cuando no obcecada, actitud de Sánchez, contenta cada vez más a sus bases, cimentando un discreto suelo electoral que en las próximos comicios veremos si resiste el sorpasso, una palabra de la que se abusó en la anterior cita electoral, pero que parece que no va a desaparecer de los análisis. 

lunes, 12 de septiembre de 2016

Conclusiones sobre la Diada

Sobre la Diada celebrada ayer en cinco ciudades catalanas, algunos analistas han resaltado que la cifra de asistentes fue sensiblemente inferior a la del año pasado, evidenciando el cansancio en el proceso soberanista, mientras que otros han preferido destacar el incremento en la transversalidad social de los manifestantes, certificando que ahora llega a todas las capas de la colectividad catalana.

Ambas apreciaciones son ciertas. Pese al batiburrillo de datos ofrecidos, parece claro que un tercio de los manifestantes de 2015 se quedaron en casa en este 2016. Hace un año la concentración unitaria celebrada en Barcelona agrupó a un millón cuatrocientos mil personas, según la Guardia Urbana, mientras que sumadas las cinco de este año la cifra se reduce a 875.000, según los datos proporcionados por las policías locales de Tarragona, Lérida, Berga, Salt y Barcelona. La Delegación del Gobierno disminuyó esa cifra a 370.000 asistentes, mientras que la Asamblea Nacional de Cataluña, una de las sociedades privadas convocantes de las concentraciones, pese a su rimbombante nombre, la elevaba a más de un millón de personas, admitiendo pues un descenso respecto a 2015. En cualquier caso, éste último extremo es innegable, así como que convendría reducir a la baja las cifras aportadas por las guardias urbanas, tanto en 2015, como en 2016. A este respecto y como mera digresión llama la atención que no se empleen métodos más fiables de recuento de las manifestaciones en España, detalle al que no debe ser ajeno la tradicional labor propagandística de la utilización del espacio público.

Una menor presencia, por tanto, pero con una mayor transversalidad social. El aumento en ésta se debe a la participación ayer en las manifestaciones de En Comú Podem, partidaria del derecho de autodeterminación, pero no de la independencia que reclamaban los convocantes. Es decir, la presencia de las capas sociales más desfavorecidas en las manifestaciones de ayer se debe a una rebaja reivindicativa, aguando por tanto la declaración independentista y retornando de nuevo a la propuesta del referéndum.

Hay que recordar que éste ya se produjo. Primero, mediante una convocatoria unilateral que no fue reconocida por el Gobierno, y que sumó el respaldo de un millón ochocientos mil catalanes mayores de dieciséis años en la consulta del 9 de noviembre de 2014. El censo de catalanes mayores de 18 años en las elecciones autonómicas de 2015 fue de cuatro millones cien mil personas. En esos comicios, planteados plebiscitariamente por las formaciones independentistas, como la segunda ocasión del referendo, éstas lograron un millón novecientos sesenta mil votos. Los partidos no independentistas obtuvieron dos millones setenta mil votos, de los cuales 470.000 fueron aportados por formaciones partidarias del derecho a decidir. En resumen, la opción independentista fue nuevamente derrotada. En cambio, sí es mayoritaria, en la sociedad catalana, la opción autodeterminista: 2.430.000 votos, frente a 1.610.000.

Esa es la razón de que el independentismo haya reculado y proponga de nuevo un referéndum, que le recubra de la legitimidad democrática necesaria para continuar con su proceso soberanista. Ese es el reto de los independentistas, que inasequibles al desaliento proseguirán con su ruta, sin sensibilidad alguna a la creciente fractura social que infligen a sus conciudadanos. Este mes volverán a proponer al Estado un nuevo referendo, obviando la contradicción que supuso que el propio Parlament declarase en octubre pasado el inicio de la creación del Estado catalán independiente. Y si el Gobierno no acepta el envite, como es previsible, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, amaga para 2017 con algo que está en su exclusiva mano, sin depender del gabinete de Mariano Rajoy: la convocatoria electoral, las terceras autonómicas en cinco años, pretendiendo presentarla en clave constitucional del nuevo Estado independiente, con la aspiración de convertir unos comicios más en un nuevo referendo, el tercero en tres años. Y con el objetivo de que por fin tal plebiscito otorgue una mayoría independentista. Lograr que ese no sea el resultado, es el reto del Estado español.

sábado, 10 de septiembre de 2016

Clarividencia

Una vez más la clarividencia de Felipe González ha quedado demostrada con su propuesta de que no se vuelvan a presentar a las terceras elecciones los candidatos que han sido incapaces en las anteriores de ponerse de acuerdo para formar un gobierno. 

jueves, 8 de septiembre de 2016

Dimisión o destitución

La explicación oficiosa que divulga el PP sobre la resolución del caso Soria pasa por atribuir a Luis de Guindos la responsabilidad en el frustrado nombramiento del exministro en el Banco Mundial. Incluso, atribuye a De Guindos haber dado información errónea al presidente del Gobierno, 

De ser así se trataría de un hecho grave que debería saldarse no con una mera comparecencia parlamentaria, sino con la dimisión del ministro de Economía.

Además supondría una descalificación del propio Rajoy en la medida en que en su gobierno se utiliza la mentira como instrumento de lucha interna y él lo permite. Se trataría de un nuevo caso de indolencia al que nos tiene tan acostumbrado el presidente del Gobierno, quien debería destituir fulminantemente a un ministro que le engaña.

Pero, si la explicación ofrecida fuera falsa y sólo pretendiera exonerar a Rajoy, descargando toda la responsabilidad en De Guindos, nos encontraríamos con algo más grave, que sólo podría ser solventado con la dimisión del propio Rajoy,

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Bondad del multipartidismo

El caso Soria, incluida la rectificación gubernamental, supone la constatación de la actuación prepotente de Mariano Rajoy, además de ser estratégicamente pésima. Pero, también evidencia las bondades del fin del bipartidismo. Sin la aparición de los nuevos partidos emergentes, nos hubiéramos tragado a José Manuel Soria como delegado español en el Banco Mundial. Ahora, con un Congreso fragmentado, en el que Rajoy no logra aunar la mayoría de sus escaños, el candidato se ha visto obligado a rectificar. 

lunes, 5 de septiembre de 2016

Soria

El nombramiento de José Manuel Soria como representante de España en el Banco Mundial, que ha contado con el visto bueno del gobierno, evidencia la nula preocupación de Mariano Rajoy por regenerar España de una sus lacras seculares: la corrupción. Soria dimitió como ministro tras saberse que tenía su dinero en un paraíso fiscal mientras era miembro del gobierno y tras negarlo, con lo que acumuló el demérito de mentiroso.

El gobierno se ha apresurado a explicar que se trata de un nombramiento administrativo competencia de una comisión formada por funcionarios del ministerio de Economía y que negarle tal promoción podía ser hasta ilegal. En  cambio, no ha explicado por qué se ha elegido a Soria entre todos los funcionarios públicos que podían acceder a dicho cargo.

El caso evidencia la nula sintonía de Rajoy, un candidato que no logra obtener el respaldo mayoritario de las Cortes, con la mayoría de una sociedad hastiada con el problema de la corrupción, cuando no el desdén hacia la ciudadania. 

viernes, 2 de septiembre de 2016

Poderes fácticos

Hacía tiempo que no oía la expresión. Ayer Irene Montero, la jefa del gabinete de Pablo Iglesias, la volvió a emplear: los poderes fácticos. La dirigente de Podemos alababa a Pedro Sánchez por haberse resistido a ellos y mantenido su voto contrario a Mariano Rajoy.

Pero no quiero entrar en eso, sino en el concepto empleado: el de poderes fácticos. Durante la Transición Democrática fue muy usual emplearlo por la izquierda para denunciar que realmente nos dominaban unos poderes oscuros que entre bambalinas dirigían el país. Solían ser identificados como el Ejército, la Iglesia y la Banca. Según se fue asentando la democracia en nuestro país, quedó el discurso reducido a la extrema izquierda y significativamente a ETA. Era la forma de negar que vivimos en una democracia y justificar su violencia.

Ahora Podemos lo resucita. Definitivamente, la humanidad no debe tener remedio.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Despeñarse

De la frustrada sesión de investidura que terminará mañana se pueden extraer dos conclusiones principales. La primera, es que Mariano Rajoy ya está en campaña electoral, las terceras que viviremos en un año, y que Pedro Sánchez continúa despeñándose y lo que es peor, arrastrando a su venerable partido hacia el abismo.

El 20 de diciembre, el líder socialista tenía dos opciones después de haber llevado a su partido a los peores resultados electorales desde que se restauró la democracia en 1977. Una era haber negociado una abstención para que el PP gobernase, a cambio de modificaciones en la reforma laboral y educativa, además de haber abierto la reforma constitucional. Incluso, podía haber intentado obligar al PP a cambiar de líder. La otra, la que eligió, fue embarcarse en una imposible aventura, liderando a todos aquellos que o bien quieren cambiar radicalmente el más exitoso modelo de desarrollo habido en nuestro país desde el inicio de la Edad Contemporánea, o bien aquellos que apuestan por acabar lisa y llanamente con el Estado español.

La fracasada sesión de investidura de Sánchez obligó a unas segundas elecciones, en las que el PSOE fue castigado con cien mil votos menos y la pérdida de cinco escaños. Pese a ello, el líder socialista no aprendió y siguió con su numantina oposición a la posibilidad de que Rajoy, el único candidato que había ganado votos y escaños, fuera presidente del gobierno. Sánchez no entendió que los nuevos comicios que él había propiciado legitimaron a su rival. Ya no sólo no podría imponer su relevo, sino incluso tendría menos fuerza parlamentaria para obligar a las reformas que pretendía.

Pese a ello, ayer optó por mantener su negativa. Y es más anunció que nunca dará los votos a Rajoy, cerrando incluso la posibilidad de que mediante una abstención éste sea presidente del gobierno en una nueva investidura, abocando a unos terceros comicios. Salvo suicidio consciente, Sánchez debe creer que con su empecinamiento asegura su liderazgo en la izquierda, aunque eso le impida mostrar el rol de estadista necesario para gobernar algún día. De ahí, esa postura moralista, de profeta desdeñado, que ayer adoptó en su réplica a Rajoy. 

Pero no necesitamos adalides maniqueos, convencidos de la pureza de su bien propugnado, sino políticos flexibles que sean capaces de traducir el consenso exigido por los ciudadanos en las últimas elecciones y que previsiblemente se repetirá grosso modo en las terceras. Y sobre todo, urge encontrar líderes que no estén tan apegados a sus poltronas.