lunes, 4 de junio de 2018

Filibusterismo

El PP no ha tardado ni un día en dejar claro que le va a hacer la vida imposible al nuevo gobierno socialista. Así, el anuncio de que puede modificar los presupuestos que aprobó junto a otros grupos parlamentarios en el Congreso, sin valorar la incoherencia que supone que apoye una cosa en la Cámara Baja y diferente en la Alta. Argumenta el partido hasta ahora en el gobierno, que ya no tiene ningún compromiso con el PNV y que por tanto puede revertir algunos de los extremos que el partido jeltzale le arrancó en la dura negociación que mantuvieron, explicando así el cambio de actitud.

Más allá de que una cosa o la otra convenzan a sus potenciales votantes, el PP pretende que los partidos que han apoyado a Pedro Sánchez y que, salvo el PNV, votaron en contra de los Presupuestos, se retraten ahora defendiéndoles cuando el tema vuelva al Congreso tras su modificación en el Senado. El partido, aún dirigido por Rajoy, traspasaría así la acusación de incoherencia al PSOE y al resto de formaciones que votaron antes en contra de las cuentas públicas.

Además, el PP ya ha empezado a utilizar una vieja estrategia, muy concurrida en sistemas democráticos de mayor prestigio, como el utilizado en los Estados Unidos. Se trata del filibusterismo que se define por dilatar las tramitaciones parlamentarias, adecuando los tiempos a las necesidades de la formación que lo emplea. De hecho, hoy lunes ya ha pedido más tiempo para estudiar y enmendar lo aprobado en el Congreso. No, no ha perdido el tiempo.

El PP pretende así mostrar al PSOE que el Senado es su coto y que dispone de mayoría absoluta en tal cámara, hecho objetivo que dificultará la labor del gobierno que se verá obligado a lidiar más tiempo del querido con los presupuestos en vigor, cuyas costuras saltaron ya hace tiempo, en concreto hace más de medio año, retrasando pagos sociales e inversiones públicas.


Se trata, pues, de una estrategia tendente a hacer fracasar el gobierno de Sánchez, que objetivamente solo cuenta con 84 escaños de 350, los que le otorga el grupo parlamentario socialista. Los 96 diputados restantes que apoyaron la moción de censura se destacan por el hecho de que están a favor del derecho de autodeterminación de cualquier sujeto político que planteen.  Todo ello, muestra la debilidad de Pedro Sánchez. El futuro dictaminará si también fue temerario. 

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