martes, 25 de enero de 2022

El amor loco

El dirigente de Resistencia Galega, un grupo armado que recurrió al terrorismo en aras de lograr la independencia de Galicia, declaró ayer en el juicio que le condenó a 28 años de cárcel, que todo lo que hizo lo hizo por “amor a Galicia”.  Antón García Matos, quien también mostró su cara más acomodaticia llegando a un acuerdo con la Fiscalía que le ha permitido rebajar las peticiones de años de condena, hizo ese alegato al final del juicio.


El terrorista puede tener razón en que lo que hizo fue por amor a Galicia.  Sin duda que el amor, idolatrado en nuestra contemporaneidad, es un sentimiento valioso, pero también puede ser peligroso, loco como dijeron ya desde el medievo los trovadores del amor fou. ¿No es amor el de aquellos que buscan desesperadamente la igualdad humana y promueven revoluciones que desgraciadamente acaban en dictaduras? ¿No es amor a un tono de piel determinado el de los supremacistas blancos que desembocan en el racismo puro y duro? ¿No es amor a sí mismo el insolidario que no se vacuna y pone en peligro a la colectividad que le rodea? ¿No es amor el que siente un nacionalista hacia su patria y termina en la aberración nazi?


Pues eso, amor, Antón.

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