jueves, 10 de marzo de 2022

Borrell

Josep Borrell es un político incómodo. 


Lo es para los periodistas por el trato de superioridad intelectual que siempre muestra con sus entrevistadores, rayano en el desdén, fruto de la diferencia de preparación cultural que atesora.


Lo es para los ciudadanos porque se atreve a decirles que deben pasar frío y así lograr una menor dependencia energética de aquellos que pisotean los derechos humanos.


Los es para sus propios compañeros políticos, que ven en él a un personaje que pone en peligro su permanencia o alternancia en el poder, como quedó evidenciado hace 23 años cuando el PSOE prescindió de él como líder.


Sin duda que es un político incómodo, pero es un estadista, capaz de decirnos a la cara que vienen curvas y que hay que hacer frente a los sátrapas que quieren acabar con el orden democrático.


Pero, claro, por eso mismo, no ganará elecciones. 


Esa es la contradicción en la que vivimos.


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