miércoles, 27 de abril de 2022

Transnistria

Los sucesos de los últimos días en Transnistria, la estrecha franja autoproclamada independiente de Moldavia por sus habitantes prorrusos, colindante con Ucrania, deberían alertar a los europeos, ya que indican la siguiente etapa diseñada por Putin en su secular guerra contra el mundo occidental.


Las dificultades de la invasión rusa en Ucrania van a ser contrarrestadas por Putin con la desestabilización de Moldavia, estado igualmente no amparado por la OTAN.  Se trata de una estrategia consistente en desviar el foco de atención de los rusos respecto a una guerra que no ha sido el desfile triunfal previsto, porque necesita de un nuevo conflicto en el que concentrar la atención nacionalista rusa.


El nacionalismo, cualquiera de ellos, necesita de la tensión permanente y de una cuota considerable de victimismo. Ahora, se presentará a la población del río Dniéster como víctima de la opresión moldava, como hizo con la del Donbas respecto a Ucrania, justificando una futura intervención militar rusa.


La lucha de Rusia contra Europa dispondría así de un nuevo escenario, independientemente de cuándo se concretase y el formato que revistiese, ya fuera guerra militar abierta o intervenciones más contenidas. En cualquier, era bastante previsible, por lo que resulta bastante incomprensible que todavía haya europeos que se nieguen a ver la realidad, contemporizando con un dirigente que a la par sigue amenazando con el uso de armas atómicas.

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