martes, 1 de julio de 2014

Mejora democrática

De las dos medidas propuestas para debate por el presidente del Gobierno con la intención de la mejora de la calidad democrática hay una indudable: la reducción de los aforados, unos diez mil actualmente. Es increíble que se haya llegado a esta cifra, que no puede sino alimentar críticas a lo que se ha denominado casta política.  El problema es que una reducción significativa de los aforados pasa ineludiblemente por la reforma constitucional y por la de los estatutos de autonomía, con lo que las dificultades son obvias. Tantas que amenazan con dejar en agua de borrajas la iniciativa. Mas facilidad de reforma tiene la segunda medida: la elección de los alcaldes por voto directo. Actualmente se eligen unas listas de concejales y son estos los que votan por el regidor. Indudablemente, un voto directo es más democrático, y tan solo habría que modificar la ley electoral y la de bases local. Lo que si se precisaría en esa reforma es aclarar el objetivo: si apostamos por un alcalde elegido por los ciudadanos sobran las listas electorales con los otros concejales, porque nos podemos encontrar con un regidor elegido por el  pueblo sin mayoría en los "micro-parlamemtos" en los que hemos convertido los Consistorios. O apostamos por un modelo "presidencialista" o mantenemos el "parlamentario" actual, pero no mezclemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario