Malos presagios

El dato conocido esta madrugada de la vuelta a la recesión de Japón nos devuelve a los malos presagios sobre la economía de los países desarrolados. La contracción de la economía nipona de un 1,6% en el tercer triemestre supone un verdadero jarro de agua fría para las expectativas de recuperación mundial. No solo evidencia el fracaso de la política de Shinzo Abe, el primer ministeo japonés, quien ha llevado a cabo una infrutuosa y agresiva política de reactivación económica tendente a la superación de varias décadas de deflación en Japón, sino que muestra el oscuro panorama que puede tener Europa, lastrada por síntomas similares. Un negro horizonte para el capitalismo en muchos de los países desarrollados, justo cuando más se alzan las voces contra el sistema económico actual.