lunes, 3 de noviembre de 2014
Al final de la escapada
O hábil burlador de la ley o víctima del Estado represor. Esa es la disyuntiva por la que Artur Mas ha optado en su huida hacia adelante. Ahora que llegamos al final de la escapada, tenemos a un presidente de una institución venerable y secular como es la Generalitat de Cataluña que en vez de gobernar y aplicar la ley ha decidido pasar a la historia como aquel que fue capaz de engañar a España o ser su víctima. En ninguno de los dos casos, será el primero. Pobre bagaje por tanto, aunque una y otra opción tienen sus ventajas populistas, que le serán útiles para las inevitables elecciones de carácter plebiscitario que tarde o temprano el funanbulista tendrá que convocar.
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