martes, 4 de diciembre de 2018

Frente a las formaciones emergentes, autenticidad

El espectacular resultado de Vox en las elecciones andaluzas muestra una constante repetida en la Historia, consistente en que asumir y propagar las ideas de los adversarios solo lleva al triunfo de estos. Ocurrió en la Europa de entreguerras, cuando los partidos de derecha asumieron el lenguaje y los planteamientos racistas de las formaciones de extrema derecha, como el nazismo, que terminaron llegando al poder por la propia debilidad ideológica de los primeros.

Pablo Casado se ha destacado desde que llegó a la presidencia del PP por radicalizar el discurso de su partido y asumir planteamientos de la extrema derecha, en un vano intento por mantener todo el voto tradicional de su formación. Vano intento, que los resultados de Vox han confirmado.

Sin descartar que haya también voto socialista en la formación ultraderechista, como pago de la política contemporizadora con el independentismo catalán, al PSOE de Pedro Sánchez le pasa algo parecido con Podemos. Los socialistas se están dejando jibarizar por Podemos, lo que se traduce en una pérdida de voto tradicional. 


La única solución para los partidos tradicionales es reasumir su ideología sin complejos, para hacer frente a las formaciones emergentes. Esto vale para la derecha, pero también para una izquierda que se ha dejado seducir por los cantos de sirena territoriales. Tanto, como la derecha lo ha hecho con el racismo.

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