martes, 13 de abril de 2021

Tambores de guerra

La situación geopolítica internacional presenta diversas tensiones a lo largo del mundo que en las últimas semanas se han visto acrecentadas. Entre ellas, cabe destacar la situación en Ucrania, donde la Rusia de Putin amenaza con una nueva invasión de la antigua dependencia soviética, con el objetivo de obligar a retornar a esta o, a la mayor parte posible de su territorio, a la dependencia directa de Moscú. Ante esa amenaza, solo cabe una acción firme de la Unión Europea y de la OTAN, circunstancia más que dudosa a tenor del reciente pasado, mediante el que Moscú se anexionó ya Crimea y el Donest.


En Oriente Próximo, la desestabilización de la región tras una década de guerra civil musulmana prosigue, acrecentada hoy en día con la tarea de la contención del Irán chií, después del desastroso mandato Trump. Biden debe lidiar con ello e Israel no se lo va a poner fácil. Prueba de ello, es el bombardeo de una central nuclear que hemos vivido estos días y que, aunque retrasará los planes nucleares de Teherán, se traducirá en una respuesta iraní a través de sus múltiples bases chiíes por todo el mundo árabe.


Hasta en Europa, las evidencias de perturbaciones aumentan con los nacionalismos desbocados. La última la estamos viendo en Irlanda del Norte, donde los paramilitares unionistas amagan con la vuelta a la violencia después del irresponsable referéndum del Brexit.


Sin duda que vivimos un período de cambios en la hegemonía mundial, con un Estados Unidos en decadencia y otras potencias en ascenso. Históricamente, esto siempre se ha traducido en inestabilidad. Y ya se sabe, que entonces suenan los tambores de guerra.


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