lunes, 15 de noviembre de 2021

Akelarre

Apenas repercusión están teniendo las palabras de Pablo Casado dedicadas a la presentación de una alternativa política de la izquierda protagonizada por cinco mujeres, entre ellas Yolanda Díaz, la vicepresidenta del gobierno. El líder de la oposición tachó el encuentro de “aquelarre de radicales” y todavía no ha habido una retractación del mismo ni una protesta de las centenares de miles de mujeres que militan en el PP. ¿Como es posible, que quien aspira a llegar a la Presidencia del Gobierno, compare a una reunión de lideresas políticas de izquierda con una junta de brujas?


Tales palabras denotan una misoginia incompatible con la responsabilidad de poder dirigir un Estado moderno como es España, donde existe una igualdad de derechos entre géneros y aspira a una efectiva paridad entre el hombre y la mujer.


Se puede discrepar y criticar las ideas planteadas en aquel cónclave, pero por el contenido de las mismas, nunca por el hecho de ser proferidas por mujeres, tildándolas de brujas.


La cuestión no es baladí, ya que afecta a la esencia del respeto político necesario en un Estado de Derecho, algo de lo que a tenor de sus palabras carece el dirigente del principal partido de la oposición. A la par, se echa también en falta una respuesta de las muchas mujeres que comparten militancia con él en el PP.


Nunca, deben ser tachadas de brujas las mujeres a las que te opones. 

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