lunes, 16 de abril de 2012

¿República o no?

Evidentemente la monarquía española no se encuentra en sus mejores momentos. El asunto Urdangarìn, independientemente de que tenga o no consecuencias penales, ha menoscabado la valoración de la Casa Real entre los ciudadanos. A ello hay que sumar otros hechos, entre los que cabe des tacar el último: la rotura de la cadera del rey en una cacería en Botsuana. Aparte de la desgracia personal, lo que tiene de criticable es que con la que está cayendo, con la difícil situación que atraviesa el país, nuestro jefe de Estado ande de cacería, nada barata por cierto. No seré yo quien minusvalore el papel de don Juan Carlos en la transición democrática que ha permitido a España un período de prosperidad inédito en los tres ùltimos siglos. Negar eso serìa negar la evidencia, pero la Casa Real debe hacer autocrítica de los últimos acontecimientos y cambiar de actitud. Otra cosa es plantearse un cambio de régimen constitucional. No en balde la operación del rey se conoció un 14 de abril, aniversario de la II República. Pero para ello, los ciudadanos deberían plantearse varias cosas. La primera: ¿Qué modelo de Repùblica  querríamos? Una con un jefe de Estado sin apenas atribuciones. Recordemos que ese fue el molde de la II República, que no fue precisamente un modelo intachable a seguir. O preferimos un jefe de Gobierno y de la República con todos los poderes de un jefe de Estado. Bien, si es así, hagamos memoria. Adolfo Suárez hubiera hecho bien ese papel. Incluso Calvo Sotelo. Y no digamos Felipe González, a quien nadie puede negar su papel decisivo en la construcción del Estado de Bienestar que ahora aprendemos a valorar. Pero se imaginan a Aznar de Jefe de Estado y no digamos a Rodríguez Zapatero. Igual nos lo pensamos.

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