miércoles, 24 de septiembre de 2014

Un buen día

La jornada política de ayer fue sin duda un buen día. Primero, porque un ministro desautorizado, Alberto Ruiz-Gallardón tuvo la dignidad de dimitir y retirarse de la vida política. Esta actitud que debería ser la normal, no suele ser muy frecuente por estos lares. Y segundo, porque el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha aplicado el sentido común, orillando a su propia ideología. Ésto es aún menos normal en los políticos de nuestro país.  Su decisión ha consistido en retirar una nueva ley del aborto tan escorada que había producido rechazo entre los más moderados de su partido. Ahora se limitará a quitar algunos de los aspectos más criticables de la norma aprobada por el Gobierno Zapatero, como era la no necesidad de la autorización de los padres para abortar a las menores de edad, y a esperar a la decisión del Tribunal Constitucional sobre aquella ley.  Este detalle es relevante y debería ser una norma de conducta usual entre nuestros políticos: dar más importancia a la jurisprudencia y menos a los planteamientos políticos. Tras la decisión de Rajoy solo cabe criticarle por no haber hecho lo mismo con otras decisiones relevantes como en el caso de la Ley Wert. Cuánto habríamos ganado si en esa ocasión se hubiera impuesto también el sentido común. Hasta es posible que hubiéramos tenido por fin una ley de educación con perspectivas de durar varias décadas y educar a toda una generación de futuros ciudadanos.

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