jueves, 4 de abril de 2019

Así nos va

Negar a estas alturas la trascendencia de la vía judicial en la respuesta al desafío independentista protagonizado por algunos dirigentes catalanes solo puede ser propio de personas con anteojeras ideológicas. Gracias al juicio que se celebra en el Tribunal Supremo cada día sabemos más detalles de como se perpetró aquel golpe de Estado. 

Ahora hemos sabido que en la estrategia del entonces presidente de la Generalitat jugaba un papel relevante la respuesta violenta de los cuerpos de seguridad estatales como excusa para proclamar la independencia. Como un torero, Carles Puigdemont mostró el reclamo del capote para que el bruto del toro entrara al engaño y reprimiese violentamente la celebración del referéndum que había convocado previamente.

Claro que para ello era necesario que el esforzado morlaco mostrase cuan irracional era, como así fue, brindado al independentismo la mejor baza a la que podía aspirar, saturando de imágenes, que recorrieron el mundo, en las que se veía a los miembros de la policía nacional y guardia civil reprimiendo a los que acudieron a votar.

Dejarse burlar de esa manera es de tontos, evidentemente. Pero no debe extrañarnos mucho si recordamos que al frente del ministerio del Interior estaba entonces Juan Ignacio Zoido, cuyo mayor mérito para haber alcanzado tan alta dignidad era ser amigo de Mariano Rajoy.


Así nos va.

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