jueves, 7 de enero de 2021

El faro de luz se apagó

Millones de ojos vieron ayer el fin del mito americano, de la nueva vida , que los peregrinos del siglo XVII llevaron a las costas del nuevo mundo. La luz que irradiaba a todo el mundo se convirtió en oscuridad cuando una turba de fanáticos irrumpió en el Capitolio, certificando la irremisible decadencia del imperio americano y el fin del siglo del mismo nombre que se inició en 1919, cuando el estilo de vida americano se impuso en el mundo.


El faro de luz se apagó. Y con ello, acabó un poderoso mensaje basado en la democracia, en la igualdad de oportunidades; en suma, en el sueño americano, que contribuyó más que nada a construir nuestra modernidad. 


Ayer una caterva de iletrados, instigados por otro aún peor, el demagogo por antonomasia, dieron al traste con más de cuatro siglos de elaborada construcción humana. Desde todos los rincones del planeta, pudimos ver, a través de la televisión en tiempo real, como las hordas derrumbaban en su ignorancia las más altas cotas de bienestar intelectual y material alcanzadas por el ser humano.


Porque, eso es lo que hicieron esos descerebrados. Echar por tierra un aplicado trabajo de siglos que enlazaba y extraía lo mejor del Cristianismo, de la Ilustración y del Liberalismo.  Desde el sermón del pastor puritano John Winthrop, quien extrajo de la Biblia su afamada imagen de la ciudad que en lo alto de una colina sería admirada por el mundo, irradiando su cálida luz por todo el mundo, hasta los Thomas Jefferson, que basaron la vida en la libertad y en la democracia o los Martin Luther King, que expresaron el sueño de la igualdad racial, pasando por el científico Benjamin Franklin, adalid del progreso humano, quien propagó la iluminación de la Ilustración. Todos ellos, con sus lagunas, edificaron la versión contemporánea del ser humano, que ayer, seis de enero de 2021, destrozaron unos bárbaros.


No hay comentarios:

Publicar un comentario