La Comisión Europea ha dado un toque de atención al gobierno Sánchez por su intención de reformar la ley orgánica del Poder Judicial, evitando consultar a todas las partes afectadas. En una materia tan sensible, que incide en la esencia del Estado de Derecho, tal requisito es crucial, porque es lo que diferencia a una democracia de otros tipos de regímenes. De lo contrario, pese a las protestas del ejecutivo, estaríamos entrando en una senda muy peligrosa en la que podríamos ser comparados con Polonia y Hungría, algo que nos debería hacer reaccionar.
No todo vale para conseguir más poder. Al menos, en democracia.
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