miércoles, 11 de noviembre de 2020

Alto Karabaj

Los combates en el Alto Karabaj han finalizado, al menos momentáneamente, con un alto el fuego que confirma la victoria de Azerbayán frente a Armenia, que ha visto reducido su dominio sobre este territorio. Mientras existió la URSS, el Alto Karabaj, entonces de mayoría cristiano-armenia, fue una zona autónoma en el interior de Azerbayán, un país túrquico-musulmán. La implosión de la potencia comunista dejó un reguero de conflictos territoriales, entre ellos el aquí mencionado, que ya vivió una primera guerra entre 1988 y 1994. Ni aquel conflicto, ni el actual, saciarán las reivindicaciones de unos y otros, marcadas por sendos nacionalismos, que solo traerán más pobreza y violencia.


El alto el fuego ahora decretado ha sido impuesto por Rusia, afirmando su papel hegemónico en los territorios asiáticos del antiguo Imperio soviético. Moscú ha logrado así minimizar las pérdidas territoriales de su protegida Armenia. 


Pero el gran triunfador del nuevo conflicto por el Alto Karabaj es Turquía, que a través de su peón, Azerbayán, ve aumentar su influencia en la zona. La política expansionista turca, practicada por Erdogan, logra así un nuevo éxito, expandiendo así sus tentáculos por el Asia Central, a la par que mantiene su intervención en el mundo árabe y en el Mediterráneo. Es lo que se llama neo-otomanismo, algo que los europeos deberíamos conceptuar antes de que sea demasiado tarde.


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