viernes, 17 de enero de 2014

Detalle relevante

Un detalle relevante pasó ayer desapercibido en la votación en el Parlamento de Cataluña. El resultado es conocido: 87 votos a favor  de reclamar la cesión a Cataluña de la competencia para convocar un referéndum independentista. Por el contrario, 43 parlamentarios rechazaron la iniciativa. El nacionalismo catalán se apresuró a hacer loas sobre tal inicitiva democrática y ponerse la venda antes de la herida con el más que previsible rechazo del Congreso de los Diputados ante una iniciativa que pretende sustraer la soberanía nacional. En cualquier caso, la estrategia nacionalista pasa por resaltar que la democracia está de su lado, negándo tal condición al adversario. Pero hubo un aspecto importante que ayer apenas trascendió. La iniciativa no solo supone un ataque a la Constitución actualmente vigente, sino que también implica una reforma encubierta del actual Estatuto de Autonomía de Cataluña. Ambas normas, por cierto, refrendadas por los catalanes, es verdad que con más entusiasmo por la primera que por la segunda, lo que es una muestra más de la veleidad del ser humano. Pues bien, en el estatuto catalán se establece como requisito para propiciar una reforma del mismo la exigencia de alcanzar los dos tercios del Parlamento catalán. En la votación de ayer, que supone incluso algo más que una mera reforma, al abrir en la práctica el proceso independentista, la propuesta no alcanzó el techo necesario. No obtuvo el respaldo de las dos terceras partes de la cámara regional. La democracia para ser tal necesita siempre del respaldo de la legalidad. Si esta se salta, en nombre de épicas y de sentimientos, nos podemos encontrar al principio de la tiranía.

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