lunes, 13 de enero de 2014

Errores gubernamentales

El Gobierno parace haber entrado en una sucesión de errores, justo en el momento en que el horizonte económico empieza a escampar. Mariano Rajoy podía haber esperado tranquilamente a que esa mejora se concretase en los millones de personas zarandeadas por la grave crisis económica. Pero, en vez de hacer eso, lo más cömodo por otro lado, debió de dar orden de contentar a los más duros de su electorado. Los políticos se caracterizan por complacer a sus partidarios. En cambio, los estadistas aspiran a convencer a los contrarios. Está claro, que Rajoy forma parte del primer grupo. La reforma de la ley del aborto y la de seguridad ciudadana son dos proyectos normativos que han levantado incluso la preocupación entre votantes centristas del PP y han segado la progresión de ese partido en la ampliación del caladero de votos. A esto hay que añadir la pésima estrategia respecto a los presos etarras, que ha llevado al PNV, escaldado de Lizarra, a volver a manifestarse con la izquierda abertzale. Si no le era suficiente a Rajoy el desafío soberanista de las elites catalanas, ahora ha pisado de nuevo un conocido y profundo charco.

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