viernes, 3 de enero de 2014

Muere Kalàshnikov

La semana pasada, días antes del fin de año, murió Mijaíl Kaláshnikov, el creador del fusil de asalto Ak-47. El ingeniero soviético fue una metáfora del mundo actual. Su creación, el popularmente conocido como Kaláshnikov, segó la vida de unas 250.000 personas de media cada año desde su invención en 1947. El fusil de asalto se convirtió en el mejor arma de la infantería del Ejército Rojo. La Unión Soviética lo exportó en la guerra fría dotando a todas las guerrillas con las que Stalin hizo frente al capitalismo de Estados Unidos y las democracia occidentales.  Su éxito fue fulgurante. Hasta 100 millones de unidades se fabricaron. Su popularifad fue tal entre los movimientos autoproclamados de liberación nacional del Tercer mundo, que el Kaláshnikov aparece hasta en la bandera de Mozambique y en el escudo deTimor Oriental. Toda una metáfora de un mundo violento, de enfrentamientos ideológicos, que con la excusa del Año Nuevo podríamos intentar relegar al olvido.

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