San Sebastián no se lo merece

San Sebastiàn no se merece lo que está pasando. Tampoco Euzkadi. Ni España. El fracaso se abre como posibilidad más que real en el escenario de la Capitalidad Cultural de Europa prevista para 2016. Y ello no solo debido al localismo del proyecto, evidente desde que dejó de dirigirlo el anterior consistorio socialista, por el actual de Bildu. Convertir una celebración de vocación universal en un evento nacionalista es uno de los graves prooblemas de los que adolece San Sebastián 2016 y algo muy propio de las anteojeras ideológicas de sus actuales regidores. Pero incluso es más preocupante el amateurismo del que hacen gala los directores del proyecto. El equipo gestor ha sido incapaz de proponer al Ministerio de Cultura una lista de incentivos fiscales que atraiga la inversión privada o especificar en que va a emplear el millón largo de euros de subvención del Estado.