lunes, 12 de diciembre de 2016

A peor

La violencia política no solo no retrocede en Colombia, sino que va a más. La firma del acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC, ratificada por el Congreso, pero no por el pueblo colombiano, no ha evitado un recrudecimiento de asesinatos, por condicionamientos ideológicos.

Algunas de las víctimas son activistas rurales que abogan por un reparto más equitativo de las tierras cultivables, origen precisamente hace más de medio siglo de la sublevación armada ejercida por aquella guerrilla. Es una clara muestra del enquistamiento que se vive en ese país suramericano y que el referéndum solo ayudó a empeorar.

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