176 muertos, 82 iraníes y 63 canadienses, o si son racionales, y me leen, 176 seres humanos, sin más, aniquilados por un fallo humano, sin duda.
Habrá quienes aprovechen y digan que gracias a Trump, la Divina Providencia ha dictaminado, lo que se traducirá en muchos votos en la próximas elecciones presidenciales norteamericanas, ese selecto club privado, que impone su voluntad al resto del mundo. La Divina Providencia se habría así manifestado, una vez más, y habría dictaminado, justificando su relato, del asesinato de Qasem Suleimani.
En cambio, yo que soy racionalista, entiendo que esta concatenación de hechos solo demuestra la fragilidad humana. Nada más.
Y me solidarizado, aunque solo puede ser de una manera limitada, con esos cientos de iraníes que hoy se han atrevido a desafiar el régimen teocrático de los ayatolás, porque como ellos no creo en ningún Dios y menos en ninguna Divina Providencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario