viernes, 27 de marzo de 2020

Más Ciencia, menos ideología

Entre las consecuencias positivas de la crisis del coronavirus, que también las hay,  quiero destacar dos que ya estamos experimentando. Una primera, es que ya predominan los hechos sobre las opiniones. Y eso es así, desde que en el debate público prevalecen los criterios científicos, los sanitarios en este caso, sobre los políticos, aunque efectivamente no hayamos conseguido acallar del todo a estos últimos.

Y una segunda redunda en lo anterior y hace referencia al cambio de era que se produjo en la humanidad al final del siglo XVIII. Aquel siglo fue calificado con toda razón como el de la Ciencia y de la Ilustración. En 1789 llegó la Revolución francesa, dando inicio a lo que se llamó la Edad Contemporánea, en la que paulatinamente la relevancia científica, sin que dejara de desarrollarse la Ciencia, dejó su protagonismo a la ideología, al mundo de la opinión, como quedó manifiesto con el Romanticismo y las posteriores Vanguardias artísticas.

Por eso, es grato ver en estos días a la Ciencia recuperar su trono. Incluso, aquellos que han demostrado unas anteojeras ideológicas a prueba de todo, parecen recular: lo hizo hace unos días Boris Johnson, enfermo de Covid-19, y lo hace ahora también Quim Torra. Hoy, la Generalitat ha pedido la ayuda del Ejército español. Los catalanes se lo agradecerán. 

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