lunes, 27 de abril de 2020

Ciencia Ficción

La nueva dirigente de Ciudadanos, Inés Arrimada, pretende reconducir a su partido hacia el centro político, del que fue desplazado por su antecesor Albert Rivera. Este último, cegado por su pretensión de llegar a la Moncloa, desnaturalizó la formación emergente, convencido de que, solo superando al PP -el célebre sorpasso que nunca se produjo-, lograría su objetivo: ganar las elecciones y, consiguientemente ser presidente del gobierno.

Echemos la vista atrás: el 28 de abril de 2019, celebramos las penúltimas elecciones generales en España. En aquellos comicios, el PSOE sacó 123 escaños y Ciudadanos 57, que juntos suponían una sólida base de respaldo parlamentario de 185 escaños, casi una decena más que la mayoría absoluta.

Los líderes de los dos partidos, Pedro Sánchez y Albert Rivera, fueron no solo incapaces de alcanzar un acuerdo de gobierno, sino siquiera parlamentario. Lo que pasó después ya lo saben. Hubo nuevas elecciones. El PSOE bajó y Ciudadanos se despeñó.

Ahora les propongo una reflexión sobre lo que pudiera haber pasado si aquello no se hubiera frustrado. Habríamos tenido durante un año un gobierno de centro-izquierda con una envidiable estabilidad parlamentaria, de la que hoy carecemos, y nos habríamos enfrentado a la terrible calamidad sanitaria y económica que padecemos en mucha mejor posición.  Sin duda, habríamos tenido que, igualmente, pedir ayuda a la Unión Europea, pero lo habría hecho un gobierno perfectamente homologable a los que se dan en el continente desde hace muchas décadas. Un ejecutivo capaz de ser entendido mucho mejor por sus pares europeos.

Me dirán que eso es Ciencia Ficción. Y no les falta razón, pero déjenme decir que fue una pena dejar pasar aquella oportunidad.

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