jueves, 30 de abril de 2020

Otra consecuencia negativa del Covid-19

Entre los efectos perniciosos de la crisis del coronavirus se encuentran los derivados del repliegue en sí mismos de los Estados, del mantenimiento de las fronteras. Un claro ejemplo lo vemos en África, un continente que de momento, presenta unas cifras bajas de afectados, comparadas con otras regiones del planeta y especialmente de Europa y Norteamérica, situadas en 35.000 positivos y 1.500 fallecidos.

Independientemente de esos números, que no por ser escasos dejan de ser dramáticos, conviene señalar que el continente ha paralizado la entrada en vigor del mercado común africano, que iba a permitir el libre comercio entre 1.300 millones de personas. Tal Acuerdo del Libre Comercio Africano iba a posibilitar sentar las bases de una nueva economía en el continente negro, capaz como ningún otro, de sacar a África de su secular pobreza y dependencia de Occidente, que históricamente ha tenido épocas atroces, como el colonialismo mostró.

Con el mercado común, África podría estimular el comercio interior del continente, que como hemos visto en otras regiones del mundo, es el preludio de su industrialización y salida de la pobreza universal. 

Ahora, todo ese ambicioso proyecto ha quedado paralizado por la crisis del Covid-19, atando a África a su triste destino. Sin duda, que se trata de otra consecuencia negativa de la pandemia que padecemos. Esperemos que solo sea momentánea.

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