Ese es exclsuivamente el nudo gordiano, tan difícil de soltar. No se trata solo de un problema legal, que también: el sistema constitucional de Estados Unidos hace muy difícil un proceso de cambio legal que prohíba la adquisición de las armas de fuego. Pero, la mayor dificultad radica en la mentalidad de una sociedad recelosa de la actuación del poder público y totalmente refractaria a limitar las posibilidades de defensa de los individuos.
Mientras eso no cambie, mientras los descerebrados, muy comunes en todas las sociedades, tengan libre acceso a todo un arsenal de armas mortíferas, no hay nada que hacer. Newtown se ha sumado a una larga lista en la que se incluyen Columbine, Virginia Teach, Texas, Bath School, etc. Desgraciadamente no será el último.
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