lunes, 14 de octubre de 2013

Un gramo de sensatez

Las televisiones autonómicas han necesitado cerca de tres décadas para llegar a algo obvio: la necesidad de compartir productos audiovisuales. Se empezó a hacer de una manera muy limitada al poco del nacimiento de dichas televisiones con la creación de la Federación de Organismos de Radio y Televisión Autonómicos, la FORTA, que ofrecía a sus asociados resúmenes televisivos de información. Ahora, la FORTA y el externo Canal Extremadura dan un paso de enorme relevancia produciendo series televisivas comunes. El viernes pasado presentaron El Faro, que desde este lunes se emitirá en algunas de las televisiones autonómicas. La crisis económica ha obligado a ello. Es decir, la realidad se ha impuesto a los prejuicios ideológicos, lo cual no es mala noticia. Al revés, la sensatez parece imponerse. ¿Seremos capaces de desprendernos de más anteojeras políticas y construir un modelo de televisión autonómico en el que una potente estructura estatal maximice los gastos y sirva sus productos a todos los entes regionales? Ese el único camino que garantizará la subsistencia de las televisiones autonómicas. Hace treinta años ningún político tuvo la valentía de proponer un desarrollo televisivo regional a partir de la única estructura existente entonces, Radio Televisión Española, potenciando el carácter público de la misma, así como su descentralización. Pero para eso se hubiera necesitado más periodistas y menos comisarios políticos.

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