lunes, 11 de noviembre de 2013

Luces y sombras

De la conferencia política del PSOE, celebrada este fin de semana pasado, cabe extraer dos aspectos. El primero es que los socialistas se han visto obligados a reiterar hasta la extenuación que no son nacionalistas. El solo hecho de tener que emplear su tiempo en este desmentido revela el problema territorial que existe en el PSOE y su tibia respuesta al partido hermano, el PSC, partidario del derecho de autodeterminaciön, aunque eufemísticamente le llamen derecho a decidir. Mientras el PSOE no aclare este aspecto, los socialistas seguirán presos de la trampa que les ha puesto el nacionalismo catalán. El segundo aspecto es la agradable sensación dejada en su discurso por Susana Díaz, la nueva líder andaluza. Su nítida posición antinacionalista y sus llamamientos a recuperar el espacio de izquierda tradicional en el PSOE han sido recibidos por afiliados y simpatizantes como una bendición.  Tan solo hay dos sombras que deslucen a Susana Díaz. El hecho de que ninguna votación popular la haya refrendado al frente de la Junta de Andalucía y el que nunca haya desempeñado otro trabajo que el interno en el seno del PSOE.

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