sábado, 17 de febrero de 2018

La lengua vehicular

El anuncio del gobierno de permitir que los padres catalanes puedan elegir la lengua vehicular en la enseñanza de sus hijos, abriendo tal posibilidad al castellano, es hoy por hoy una mera estratagema para presionar a un independentismo desnortado que acusa el callejón sin salida en el que se ha metido. Otra cosa es que en un régimen de libertades, tal iniciativa no debería extrañar, incluso a los más reacios a ello. 


Existe un precedente de ello: el sistema educativo vigente en el País Vasco, donde las familias pueden escolarizar a sus hijos estudiantes en castellano. Se trata del modelo A, diferenciado del D, donde la lengua vehicular es el euskara y del B, donde se ofrece una posibilidad intermedia. El resultado de tal aplicación en Euskadi, es que la inmensa mayoría de personas prefieren el vasco como lengua vehicular, siendo una minoría los que optan por los otros dos modelos. Pero, una cosa es dejar elegir y otra imponer. Sin duda, que lo primero es más apropiado para una sociedad que se dice amante de las libertades.

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