lunes, 26 de febrero de 2018

Monarquía y comunismo

China se encamina a un régimen monárquico, con el poder concentrado en la persona de Xi Jinping, quien rebasará la tácita limitación de dos mandatos quinquenales al frente del país y disfrutará incluso del honor de ver reflejado su nombre en la constitución como un aporte ideológico que hasta ahora estaba reservado para Mao, el fundador del régimen comunista.

No deja de ser curiosa la simbiosis entre comunismo y monarquía, pese a que es un tema tabú y, al menos hasta ahora, no ha sido objeto de estudio. Parecería impropio del marxismo, considerado como el más excelso desarrollo de la Ilustración, caer en fórmulas monárquicas. Pero a las pruebas me remito: Stalin, Ceaucescu, el propio Mao, entre otros.


Incluso, monarquías que se perpetúan entre los consanguíneos del líder. Aquí tenemos el ejemplo de los Castro. O entre descendientes, como atestiguan tres generaciones en el poder en Corea del Norte.

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