lunes, 17 de septiembre de 2018

De impulsos y fantasmas

Pedro Sánchez, demostrando su condición de político, ha dado un impulso a su gobierno, que en las últimas semanas había avanzado en la senda del descrédito, como el caso de Carmen Montón y su plagiado Trabajo Fin de Máster acreditan, además de demostrar una capacidad en enredarse en polémicas propiciadas por el propio ejecutivo, a las que no son ajenos los vaivenes y contramarchas de sus propios integrantes.

Pero, con la propuesta de hoy, el presidente del gobierno ha recuperado la iniciativa, proponiendo uno de los debates que más apasionan a la sociedad española: el de la reforma constitucional. Más allá de la dificultad objetiva que ello conlleva y de la subjetivas que el resto de formaciones políticas añadan, el planteamiento de reducir el número de aforamientos solo puede recibir elogios. Todo aquello que refuerce la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, debe ser bienvenido. En los próximos días asistiremos a un interesante baile en el que será muy significativo como se mueven los partidos políticos. 


Eso permitirá a Pedro Sánchez mantener la delantera, aunque determinados asuntos pueden volver a enturbiar al ejecutivo, pese al intento de darles carpetazo.  Entre ellos, los más complejos, como la inmigración. Pero, también otros, no menos penosos, como el de la tesis del presidente. Hoy por hoy, no se puede descartar por completo que no haya plagio. Los programas Turnitin y PlagScan, aplicados al trabajo académico de Pedro Sánchez, son utilizados en múltiples universidades para descartar a priori groseras muestras de plagio. Ahora, la tesis debería ser estudiada a fondo, las 342  páginas que contiene, y contrastarla con las publicaciones que han sido comentadas como supuesto objeto de copia, excluyendo por supuesto los propios trabajos anteriores de Sánchez que por definición no son plagiables y son en cualquier caso un mérito del entonces doctorando.  Con el resto, hay que comprobar si el trabajo académico del presidente cita tales párrafos correctamente. Si fuera así no hay plagio. Pero tal dictamen, no puede hacerse en unos pocos días, como ha hecho El País. Se necesita semanas, si se acomete de una manera rigurosa, siendo incluso aconsejable el dictamen de diversos expertos universitarios. Es por tanto, un fantasma que aún puede reaparecer, haciendo resbalar a un gobierno que ha tomado impulso gracias a la maniobra de su presidente.

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