jueves, 13 de septiembre de 2018

Plagio

El más grave fraude que un estudiante puede cometer a la hora de elaborar una tesis doctoral o un TFM o TFG, siglas que hacen referencia a los trabajos fin de Máster o de Grado, la antigua licenciatura, es plagiarlo. Todos esos trabajos deben estar llenos de textos tomados de otras obras académicas, pero debidamente referenciados mediante citas en las que queda clara la autoría de las mismos. Una tesis, TFM o TFG es fundamentalmente una recopilación de tales referencias de autoridad, más una investigación propia, a través de documentos o ensayos científicos, que permiten al que la sustenta llegar a unas conclusiones inéditas en la literatura científica. El tribunal debe valorar esos tres aspectos a la hora de la evaluación. Cualquier fraude en alguno de ellos: la copia de textos sin citas, la falsedad en la investigación o unas conclusiones ilógicas anula el carácter científico de tales trabajos. De los tres, el plagio es el más común y el más pernicioso para el sistema académico, en la medida en que siembra dudas sobre la propia literatura científica, que se va construyendo sobre aportaciones académicas anteriores.

Por eso el caso de la exministra Carmen Montón era más grave que el de Casado, al que las sospechas indican que le regalaron las notas en las asignaturas, o incluso al de Cifuentes, sobre el que existen indicios de que sencillamente no hubo tal TFM. Y por eso, si las acusaciones contra Pedro Sánchez toman cuerpo, sería igualmente demoledor. Estamos hablando de la segunda autoridad del Estado español.


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