Un siglo después de su fundación

Los islamistas de los Hermanos Musulmanes han conseguido la Presidencia de Egipto casi un siglo después de su fundación. Fue en 1928 cuando un oscuro maestro de escuela, Hassan al Banna, fundaba los Hermanos Musulmanes, como respuesta al interrogante de como podía el mundo árabe recuperar su posición en la vanguardia del mundo, aquella que detentó en la Edad Media y quedó reflejada en "Las mil y una noches". El planteamiento de Banna era que para volver a ser alguien en el mundo los árabes debían volver al prístino Islam que había imperado en la época de Mahoma y sus inmediatos sucesores, los llamados califas perfectos. El islamismo era, pues, el camino. Los Hermanos Musulmanes, nacidos en Egipto, se extendieron por todo el mundo árabe e hicieron de su desprecio a Occidente un dogma de fe. Entre los conceptos que rechazaban estaba la democracia por ser un planteamiento del infiel Occidente. O la mayoría de los derechos nacidos en la Ilustración, entre ellos la igualdad de la mujer. Por ello no nos debe extrañar que el actual jefe de Al Qaeda, el médico egipcio Al Zawahirí, fuera en su juventud miembro de los Hermanos Musulmanes y militara en su brazo armado: la Yihad Islámica que asesinó al entonces presidente egipcio Anuar el Sadat. Bien es verdad, que en los últimos años, los Hermanos Musulmanes han evolucionado políticamente. Entre otras cosas han aceptado o dicen haber aceptado la democracia. Y esta será la prueba del algodón para calibrar su evolución, tanto interna como externamente. Si los islamistas aceptan la pluralidad de la sociedad egipcia y permiten las formas laicas de vida, así como la idiosincracia de los cristianos coptos, habrán dado un gran paso hacia la normalización ideológica. La difícil convivencia con el todopoderoso Ejército egipcio, heredero de Nasser y Sadat, será un factor claramente distosionador y perturbador para el país. Por último, su política exterior respecto a Occidente e Israel será examinada con lupa.