martes, 20 de noviembre de 2012

El ultra de Bombay



Entre los obituarios del día destaca el fallecimiento de Bal Thackeray, el líder del movimiento ultraderechista hindú Shiv Sena. El nacionalista marathi murió fulminado por un ataque al corazón a los 86 años de cárcel.

De verbo incendiario, Bal había nacido en la India británica, pero sus inclinaciones políticas no le llevaron por el moderado Partido del Congreso, quien transigió con la existencia de una patria para los musulmanes indios: Pakistán.  Bal fundó en 1966 el radical Shiv Sena, el ejército de Shivaji, en recuerdo de un guerrero del siglo XVII que luchó contra los mogoles. Los mogoles, además de edificar una refinada civilización,  propagaron el islamismo en la India, por lo que son anatema para los que aspiran a una India pura, sin musulmanes.

El problema es que una vez separadas India y Pakistán, tras la independencia en 1947, quedaron bolsas de población  en ambos países con creyentes de la otra religión; es decir, musulmanes en India e hindúes en Pakistán. Las primeras semanas tras la retirada británica se saldaron con muertes y largas marchas dramáticas de desplazados buscando su patria. Se calcula que hubo unos 200.000 muertos en esta violencia nacionalista. Desde entonces, India y Pakistán, países con armas atómicas, se han enfrentado en tres guerras. Un 12% de la población de India es todavía hoy musulmana. En determinadas zonas, como la cosmopolita Bombay, ese porcentaje se incrementa al 17%.

En diciembre de 1992, Bal lanzó a sus fieles del Shiv Sena -cuya nomenclatura recuerda a los fenianos irlandeses- a una orgía de violencia y destrucción en Bombay contra los musulmanes, los diferentes, que ocasionó un millar de muertos. Pese a que se le juzgó, finalmente aquellos actos quedaron prescritos y Bal no pisó la cárcel. De hecho ha muerto en su casa.

Bal se mostró siempre partidario de una dictadura en la India y mostró sus simpatías por Hitler. A iniciativa suya, Bombay trucó su nombre oficial por el de Mumbai, más acorde con el idioma marathí, mayoritario en el estado indio de Maharastra. Pero me van a permitir que yo siga llamando Bombay a esa ciudad de más de trece millones de habitantes. Lo peor con los nacionalistas excluyentes es hacerles caso.



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