lunes, 5 de noviembre de 2012

China y el nepotismo



Una de las cosas que más llama la atención de China a ojos de los occidentales es el nepotismo que existe en sus estructuras políticas. Este jueves se inicia el XVIII Congreso del Partido Comunista Chino, la poderosa organización que agrupa a 82 millones de afiliados sobre una población de 1.350 millones de personas.

A falta de democracia en la potencia emergente más importante de nuestra época, el Congreso del partido actúa como sucedáneo. Por número de militantes, los comunistas chinos son solo el 6 por ciento de toda la población. Pero, los criterios para designar los puestos suelen estar marcados por el nepotismo y las redes clientelares. El próximo presidente del país será Xi Jinping, un príncipe, según la terminología china. Es decir, se trata del hijo de un alto cargo comunista chino de la época de Mao. Este heco ha sido decisivo para imponerse al otro candidato, Li Keqiang, un tuanpai, es decir, un hombre hecho a sí mismo de origen humilde, que tendrá que conformarse con ser primer ministro.

Ambos coinciden en que nacieron después de la fundación de la República Popular China, proclamada en 1949. Se trata pues de personas que sólo han conocido la China comunista, pero en la que las redes clientelares, tejidas desde tiempos inmemoriales, siguen teniendo una enorme influencia. ¿Sólo en China? Si observamos bien a nuestro alrededor, puede que nos damos cuenta que el nepotismo existe en todas las cullturas humanas.

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