miércoles, 21 de noviembre de 2012

Mujeres obispos



La Iglesia anglicana ha rechazado la ordenación de mujeres obispos. El Sìnodo General  de la Iglesia de Inglaterra no dio el placet para ello, pese a que desde 1992 autorizó  la existencia de sacerdotisas, el escalón inferior en la jerarquía eclesiástica.

El Sínodo se divide en tres cuerpos: obispos, clérigos y laicos. Para aprobarse cualquier medida se necesita el apoyo de dos tercios de votos de los tres colegios. La ordenación de mujeres para el epicospado pasó el filtro de los obispos y el de los clérigos, encallando en el colegio de los laicos, donde se quedó en el 64% de los votos, a dos puntos de la mayoría requerida.

Pese a las llamadas a favor de la ordenación de mujeres obispos del arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, primado de la Iglesia Anglicana, y de su sucesor, Justin Welby,  los laicos anglicanos han bloqueado la medida.  La Iglesia Anglicana se ha visto sometida en los últimos años a diversas presiones centrífugas, algunas de ellas contradictorias.

La primera es la deserción de fieles hacia el catolicismo. Su perfil es el de creyentes conservadores reacios a la ordenación de mujeres y homosexuales. La segunda es la relación de la Iglesia de Inglaterra con otras anglicanas. En Estados Unidos, son más partidarios de apostar  por la inclusión de las mujeres y los homosexuales en puestos de responsabilidad de la Iglesia. En cambio, la poderosa Iglesia Anglicana africana, nacida del colonialismo británico en el continente negro, es totalmente reacia. Todos estos aspectos ponen en duda la unidad de la Iglesia Anglicana, tensionándola.

Son datos de un debate que a veces se presenta de manera muy superficial en la prensa de nuestro país. En definitiva, a nadie le obligan a ser anglicano. Son sus normas. O las tomas o las dejas.

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