martes, 16 de abril de 2013

La tragedia venezolana

Los peores pronósticos sobre Venezuela se van cumpliendo como en una tragedia clásica. Nicolas Maduro se proclama presidente electo, mientras la oposición sigue sin reconocer el resultado. Las dudas sobre el recuento permanecen y el país ahonda su fractura social en dos mitades casi perfectas. El diálogo debería imponerse y evitar así los más negros pronósticos. Y ello porque no hay ningún proceso revolucionario que pueda sostenerse con menos de un 1% de mayoría, salvo que consciente y descaradamente se quiera acabar con la pluralidad social; es decir, poner fin a la propia democracia.

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