jueves, 12 de diciembre de 2013

Factor de pacificación

El comercio ha sido históricamente un factor de pacificación. Lo acabamos de ver de nuevo con la creación la semana pasada de la  Corte Internacional de Arbitraje de Jerusalén, formada por empresarios palestinos e israelíes con el respaldo de los gobiernos de ambas partes. La nueva corte de arbitraje pretende dirimir los conflictos que surgen en el día a día empresarial, mediante unas reglas preestablecidas que faciliten el desarrollo de la economía palestina e israelí en un futuro en paz. Sustituye así al farragoso procedimiento de arbitraje establecido en los Acuerdos de Oslo, que crearon la Autoridad Nacional Palestina en el seno del Estado de Israel y que abren la posibilidad de una futura independencia palestina.  Una vez más se demuestra que por la paz hacen mucho los grandes acuerdos políticos, pero aún influye más el día a día en las relaciones sociales. Sobre todo cuando los seres humanos relativizan sus condicionamientos étnicos, lingüísticos y culturales.

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