martes, 24 de diciembre de 2013

Hacia la guerra civil

Sudán del Sur se encamina hacia la guerra civil, dos años y medio después de su independencia. Entonces, la comunidad internacional recibió alborazada la creación de un nuevo Estado que separaba a las tribus nilóticas del sur, de religión animista o cristiana, de las arabizadas del norte, profundamente islamistas. Con la segregación del Sur respecto a Sudán del Norte se sucumbió así a un nuevo episodio de la épica nacionalista. Pero la realidad es tozuda. Desde la independencia miles de personas han muerto en Juba, la capital del país, en enfrentamientos ahora derivados de la exacerbación de la rivalidad entre la etnia dinka y la nuer, ambas nilóticas. Detrás de ello se encuentran, como no, las elites dirigentes de las respectivas comunidades, lideradas por el presidente Salva Kür y el ex vicepresidente Rick Machar, que han elevado su rivalidad política a la violencia indisimulada. Sus respectivas facciones dentro del Ejército Nacional de Sudán del Sur se dedican sencillamente a matar, cuando indentifican a alguien de la otra etnia. Los partidarios nuer de Machar han tomado la localidad de Bor, mientras las hostilidades se propagan por una región rica en petróleo, cuestión que explica la rapidez del reconocimiento del nuevo Estado por la comunidad internacional. Siempre que se rasca un poco la épica nacionalista aparece la hipocresía. De todos, por supuesto.

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