martes, 10 de diciembre de 2013

Radiografía política catalana

El bloque soberanista catalán no atraviesa su mejor momento. Las divisiones pueden terminar aguando la épica independentista, lo que a más de un convencido puede resultar inconcebible. Ya se sabe que los relatos nacionales son tan poderosos que su fracaso solo puede crear frustración, aumentando aun si cabe el sentimiento de padecer una permanente opresión. La izquierda y extrema izquierda nacionalista, representada por Esquerra Republicana de Catalunya y la Candidatura d'Unitat Popular, exigen una pregunta clara en el pretendido referéndum secesionista. Hay que admitirles a ERC y la CUP una coherencia que se echa en falta en otros grupos políticos. Ambas formaciones arriesgan apostando por lo diáfano. Luego tenemos a la extrema izquierda teoricamente no nacionalista, representada por Iniciativa per Catalunya Verds, lo que en origen fue la Izquierda Unida de Cataluña, que prefiere una pregunta no tan clara, que induzca al pueblo a optar por soluciones intermedias entre la independencia y la actual autonomía. Similar planteamiento sostiene una parte de la derecha nacionalista, representada por Unió Democràtica de Catalunya. Ambas formaciones han reivindicado el sacrosanto derecho de autodeterminación como estrategia para imponer al resto de españoles una fórmula más rentable de permanencia en España. Y por ùltimo en el bloque separatista está el resto de la derecha nacionalista, la de Convergència Democràtica de Catalunya, que probablemente deberá asumir el coste de decidir entre una y otra opción, entre la claridad y la maniobra. Es impresionante la capacidad de Artur Mas para meterse en callejones de difícil salida. Por lo demás, tenemos otra derecha, esta no nacionalista, representada por el PP. Y tenemos un centro izquierda, tampoco nacionalista, el de Ciutadans. Ambas formaciones son indudablemente partidarias del actual status quo autonómico. Mantienen un discurso muy diáfano, muy claro. Y por último, tenemos a una izquierda, el Partit del Socialistes de Catalunya, que le cuesta aclararse sobre lo que el marxismo calificó como la "cuestión nacional". Su posición, tras varias maniobras confusas, sigue sin proyectar un mensaje claro. Aparentemente se proclaman federalistas, abogando por una profundización autonómica. Para ello plantean el principio de ordinalidad. Es decir, que una comunidad autónoma no vea disminuida su posición en la clasificación de riqueza después de hacer su aportación a las arcas comunes. Por tanto, se trata de un partido de izquierdas que quiere limitar la solidaridad a las comunidades más pobres. En cambio, otras cosas que pide el PSC no son tan claras. Exige un mayor reconocimiento de las singularidades de Cataluña, sobre todo lo referido a la lengua catalana. Se trata de que Cataluña vea mejor reconocidas sus diferencias, de tal manera que más que un federalismo parece que se trata de un confederalismo. Y, para terminar de confundir, el PSC se declara partidario del derecho de autodeterminación, perdón, del derecho a decidir, como se formula eufemísticamente. Pero, dudo que sepan si lo hacen para chantajear o no al resto de españoles.

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