viernes, 13 de diciembre de 2013

No es serio

No, no lo es. La pregunta que los partidos catalanes favorables al derecho de autodeterminación pretenden formular a la sociedad. De entrada no se trata de una pregunta, sino de dos. Es decir, el bloque soberanista ha sido incapaz de resumir su posición en una sola cuestión, ante la cual ofrecer a los catalanes una propuesta. No se trata por tanto de una pregunta clara, a diferencia de la que se formulará en Escocia o se hizo en Quebec. Tanto en el Reino Unido como en Canadá, las autoridades centrales impusieron el criterio básico de la claridad ante lo formulado. Era la única manera de conseguir un proceso honesto y veraz para conocer lo que realmente desean esos ciudadanos. Incluso, en Escocia, la Comisión Electoral se opuso a formulaciones como "¿Quiere usted...? Aquí, en cambio, los partidos favorables a la consulta lo formulan por partida doble. La razón de la desconfianza ante esa fórmula reside en que está asociada a una respuesta emocional, más que racional. Pero el mayor ataque contra la claridad reside en la doble pregunta. No les ha valido a sus formulantes aceptar en exclusiva la nítida pregunta sobre si Cataluña debería ser independiente. Cuestión clara donde las haya. Será por cobardía o por algún otro motivo que desconoco, la condicionan a una anterior pregunta sobre si Cataluña debería ser un Estado.  ¿Qué significa ésto? Que quieren una nueva adecuación de Cataluña en España, porque no están de acuerdo con el actual statu quo de comunidad autönoma. Tal como está formulada la pregunta, no sabemos si se pretende convertir a Cataluña en un Estado federado o confederado a España. Pero lo que sí parece meridianamente claro es que sus postulantes quieren renegociar lo aportado a Hacienda por el conjunto de los catalanes. Esto último es perfectamente lícito. Incluso, no estaría de más que se formulara así de claro, en aras de propiciar un debate constructivo. Lo que también es razonable es que la otra parte pueda también pronunciarse sobre dicho nuevo status, porque se precisaría de la voluntad de todos para aceptar cambiar las reglas hasta ahora existentes. En cambio, si solo hubiera una pregunta, sobre la independencia, y esta cumpliese con los requisitos mencionados sobre su claridad, no estaríamos ante una disyuntiva de doble referendum. La ruptura es siempre unilateral, pero en democracia es requisito sine qua non una clara mayoría. Lo demás no es serio. Es demagogia.

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