El gobierno de Pedro Sánchez ha constituido un equipo de trabajo, formado por economistas, sociólogos y otros científicos, para desbrozar las líneas generales de la recuperación económica tras la debacle vivida por la crisis del coronavirus. España sigue así lo que han hecho otros países, como Italia y Francia.
La iniciativa debe ser aplaudida y, aunque aún se encuentre en sus fases previas, cabe elogiar a un presidente que muestra que no está tan cautivo del gobierno tremendamente ideologizado que el mismo creó. Todo lo cual, de confirmarse, puede ser un motivo de esperanza en que las cosas mejoren, alejándonos de la horrorosa crispación que hemos vivido durante estos meses de confinamiento.
Al igual que saldremos de la pandemia mediante el recurso a lo científico, al raciocinio, igual superaremos la debacle económica en la que nos hemos metido. Y será una poderosa herramienta para ello, el recurso a los mejores expertos con los que contamos, prescindiendo en lo posible de los burócratas de los partidos políticos, cuya mayor mérito es su fidelidad a la disciplina mental.
Antes de que algún entusiasta de las idolatradas ideologías critique estas líneas, cabe recordar que lo que planeen esos hombres sabios, deberá ser validado por los miembros del poder legislativo, donde los partidos podrán ostentar su preeminencia, modificando o negando lo que estimen.
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