Dos prácticas muy reprobables

La primera es la del ex consejero de Gobernación de la Generalitat catalana, Jordi Ausàs, quien ha sido detenido en el curso de una investigación contra el contrabando de tabaco procedente de Andorra. Lo de menos es que sea un afiliado a la independentista ERC. Lo importante es que este señor era hasta hace año y medio el máximo responsable del cumplimiento de la legalidad en Cataluña como consejero de Interior, de quien dependían los Mossos d'Esquadra.  La segunda la vuelve a protagonizar Carlos Dívar, quien ha pedido la pensión indemnizatoria prevista para altos cargos, al margen de la de magistrado jubilado que ya disfruta. Si el Consejo General del Poder Judicial se la concede, uniría a su paga como juez jubilado, el 80% de 8.670 euros mensulaes durante dos años.  Son dos prácticas diferentes las de Ausàs y de Dívar, pero ambas muy reprobable. Una penal y otra moralmente. El ex consejero catalán puede terminar, si se confirman los datos, emulando a Luis Roldán, el jefe policial que era un redomado ladrón. Carlos Dívar, en cambio, tiene un grave problema: desconoce lo que es moral, pese a ir a misa diaria.