miércoles, 18 de julio de 2012

"¡Que se jodan!"

El PP ha perdido una oportunidad de oro para enviar un mensaje claro y diáfano a todos aquellos que la crisis golpea duramente:  a los parados y a los empleados que ven recortados sus ingresos. Un anuncio nítido de solidaridad con todos los afectados, que son muchos. Ese mensaje no podía ser otro que la destitución fulminante de Andrea Fabra como diputada, tras insultar gravemente a los parados que verán reducida su prestación por desempleo con un cainita: "¡Que se jodan!" No vale la excusa de que el exabrupto estaba dirigido a los diputados socialistas situados enfrente, para los que en el caso de ser verdad habría utilzado la segunda persona del plural y no la tercera cuyos destinatarios eran indudablemente unos ausentes del hemiciclo: los parados. Tampoco vale pedir excusas al Congreso de los Diputados, ni la amonestación del propio Grupo Popular y la del presidente de la Cámara. Solo vale la dimisión de la hija de Carlos Fabra, aunque ese puede ser el verdadero problema del PP, que no se atreve a enfrentarse al todopoderoso ex presidente de la Diputación de Castellón.

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